Dicen que los mejores planes son los improvisados. Siempre salen bien. Hay días que te levantas, no sabes qué hacer y lo mejor es dejar volar la imaginación y ver que te pide el cuerpo. Nuestra ruta en coche por la Serranía de Ronda surgió así. Lo que se planteaba como un día aburrido y parados en casa, se convirtió en un día perfecto, visitando lugares que siempre habíamos escuchado hablar de ellos, pero que no conocíamos.
Nosotros comenzamos esta ruta en coche por Ronda desde San Pedro Alcántara porque es donde vivimos, pero si venís de vacaciones y queréis conocer los pueblos más bonitos cerca de Ronda, esta ruta la podéis hacer desde Ronda, Estepona o Marbella. O incluso empezarla en Ronda y terminarla en Estepona o Marbella. O al revés. Digamos que es un recorrido alternativo para bajar o subir desde Ronda a la costa o viceversa y lo podéis hacer en el sentido que os venga mejor.
CONSEJO:
Nosotros no llegamos a Ronda porque ya la conocemos y queríamos hacer una ruta por los pueblos de la serranía, pero os aconsejamos que le dediquéis un día completo a conocer Ronda, una de las ciudades más bonitas de la provincia de Málaga.
En este recorrido en coche por la Serranía de Ronda visitamos Júzcar, Alpandeire, Genalguacil, Gaucín y Casares, cinco pueblos muy distintos entre si, y que no elegimos al azar. Cada uno de ellos tiene una peculiaridad que los hace especial y diferentes al resto. Además, es una ruta en coche perfecta para hacerla con niños, ya que todos los pueblos tienen algo que les llamará la atención a los peques.

Antes de empezar la ruta, os quiero comentar que las carreteras para ir de un pueblo a otro son carreteras secundarias, muy pequeñas y con curvas. Pero bueno, es el encanto de la Serranía de Ronda y el paisaje en algunos tramos es una maravilla.
Otra cosa a tener en cuenta, es que los pueblos son muy pequeños y los aparcamientos están muy limitados (sobre todo en Júzcar, Alpanderie y Genalguacial) pero os iremos indicando dónde aparcar en cada uno de los pueblos para que no tengáis ningún problema.
Ahora sí, ¿Comenzamos?
Júzcar, la Aldea Azul
Comenzamos la ruta en coche por los pueblos de la Serranía de Ronda en Júzcar, un pueblo totalmente diferente a lo que estamos todos acostumbrados a ver. A no ser, que estéis acostumbrados a ver un pueblo totalmente pintado de azul.

Conocéis la película de los pitufos ¿verdad?. Pues bien, la productora Sony Pictures eligió a Júzcar para promocionar la película y se convirtió en el primer pueblo pitufo del mundo.
Tal fue la fama que se ganó el pueblo, que la gente lo conocía como el Pueblo Pitufo, y el pueblo recibía miles de visitantes todos los días para pasear por las calles del pueblo, hacerse fotos con las figura de la película y formar parte de un “decorado de película”. Pero… ¡ay los derechos de autor! Júzcar tuvo que dejar de llamarse el Pueblo Pitufo por problemas de derechos de autor con la productora y el turismo bajó.
¿Y ahora qué ha pasado con Júzcar? Pues bien, ¿conocéis el refrán que dice hecha la ley, hecha la trampa? Júzcar dejó de llamarse Pueblo Pitufo, pero conservó las fachadas azules, las figuras de los pitufos y pasó a llamarse Aldea Azul.

Dentro de este nuevo proyecto y con la idea de atraer a familias con sus niños, el pueblo instaló tirolinas y rocodromos para los pequeños y con la ayuda de la Diputación de Málaga se han habilitado tres rutas de de senderismo desde el pueblo.
Es verdad, que cuando fuimos nosotros, algunas fachadas estaban un poco descoloridas y no tienen el azul fuerte que tenían en su comienzo, pero aún así, no deja de ser llamativo que el pueblo esté totalmente pintado de azul y solo hace falta pasear por sus calles para tener la sensación de estar en el verdadero Pueblo Pitufo (aunque no se le pueda llamar así).

Es un pueblo muy pequeño y se recorre en muy poco tiempo. Nosotros dejamos el coche a la entrada del pueblo en la Avenida Havaral y dimos un paseo por la zona más céntrica.
De vuelta al coche y antes de ir al próximo pueblo en la lista, nos paramos en el mirador de Júzcar, desde donde se ve todo el pueblo y se puede apreciar el contraste que hacen las fachadas azules de las casas con los verdes y marrones del monte. Llama más la atención incluso verlo desde lejos que desde dentro del propio pueblo.

Alpandeire, el pueblo de Fray Leopoldo
En quince minutos en coche llegamos hasta Alpandeire. La fama de este pequeño pueblo malagueño se debe en su mayor parte a Fray Leopoldo.
¿Habéis oido hablar alguna vez de Fray Leopoldo? Seguro que si. Fray Leopoldo fue un monje capuchino que aunque buena parte de su vida la paso en Granada, su pueblo de nacimiento fue Alpandeire.

Famoso en toda España por su caridad y por ser un hombre bueno y honesto, Fray Leopoldo siempre estuvo muy ligado a su pueblo. Fray Leopoldo falleció a los 92 años en Granada y fue beatificado el 12 de septiembre de 2010 en Granada. Tal es la importancia de este monje capuchino, que su cripta es el segundo lugar más visitado de Granada, solo por detrás de la Alhambra. Pero no es el único lugar de homenaje a Fray Leopoldo.
Desde Júzcar, antes de llegar a Alpandeire, hay un mirador con una estatua como homenaje a Fray Leopoldo de Alpandeire. Buena parte de las personas que visitan el pueblo de Alpandeire, lo hacen con la condición de visitar el Monumento como homenaje a dicho ilustre personaje.
Para poder visitar la estatua, se puede aparcar el coche en el Mirador de Fray Leopoldo. Y ya que aparcáis aquí, por qué no disfrutar de las vistas que hay de Alpandeire, ¿verdad?

A la espalda del descampado, en la parte de la montaña, hay unas escaleras un poco escondidas con un cartel que indica el Monumento a Fray Leopoldo.

Subiendo las escaleras hay una cancela. Si os la encontráis cerrada, no os preocupéis, se puede abrir y pasar.

El Monumento a Fray Leopoldo está siempre acompañado por las ofrenda que les dejan las personas que le piden una promesa.

Después de visitar el Monumento de Fray Leopoldo, bajamos hasta el pueblo donde aparcamos en Carretera de Ronda. Desde ahí fuimos a visitar la Iglesia de San Antonio de Padua, que nos llamó bastante la atención desde el Mirador, y es que destaca sobre todo el pueblo.

Esta Iglesia fue construida a principios del siglo XVI y reconstruida en el siglo XVIII. Es tan grande y llama tanto la atención, que la Iglesia de San Antonio de Padua es conocida popularmente como la Catedral de la Serranía.
Nosotros tuvimos mala suerte y estaba cerrada, pero por lo que nos han dicho, merece la pena entrar a su interior. Dentro se puede visitar la pila bautismal donde fue bautizado Fray Leopoldo y son muchos los peregrinos que recibe la iglesia con el fin de visitar la pila.
SABÍAS QUE…
En la nave lateral izquierda hay momias en perfecto estado de conservación y se pueden ver desde un hueve del exterior de la iglesia.
Otro punto importante que visitar en Alpanderie es la Casa Natal de Fray Leopoldo, en la Calle Doctor Duarte.
Es un pueblo muy pequeño y se visita en muy poco tiempo, pero es agradable pasear por sus calles y disfrutar (aunque solo sea por un momento) de la vida relajada y tranquila que se vive en estos pequeños pueblos.
De vuelta al coche, pusimos rumbo al siguiente punto del recorrido.
Genalguacial, el pueblo museo
El siguiente pueblo en esta ruta por los pueblos de la provincia de Málaga fue Genalguacil, más conocido como el pueblo museo.

Si ya de por si el pueblo es bonito y merece muchísimo la pena visitarlo, tiene un aliciente que hace aun más especial su visita. Cada dos años el Ayuntamiento de Genalguacil organiza los Encuentros del Arte, donde artistas de diferentes índoles exponen sus obras en plena calle.
Ya son muchos los artistas (escultores, pintores, fotógrafos, etc) que han expuesto su obra en el pueblo. La mayoría de estas obras se quedan expuestas de manera permanente en la calle, pero si por su material necesitan un cuidado más especial, se exponen en el Museo permanente de los Encuentros del Arte para que los visitantes puedan verlas durante todo el año y no solo en la quincena que dura cada feria.

Es una bonita iniciativa que fomenta, no solo el turismo y dar a conocer el pueblo, sino también la cultura. Una manera de estar en contacto con el arte más interactiva y cercana.

Para visitar el pueblo nosotros aparcamos el coche al comienzo de la Calle Real (justo en la entrada al pueblo) y desde ahí dimos un paseo. Si están ocupados esos aparcamientos, al final de la Calle La Lomilla, hay un descampado donde aparcar.
El pueblo es pequeño y lo mejor para visitarlo es perderse por sus calles y buscar las obras de artes que esconden en cada rincón. Hay obras por todas partes: paredes, suelos, tejados, bancos… Cientos de obra con estilos y materiales totalmente distintos, que han conseguido atraer a muchas personas.

Un punto de interés de Genalguacil es la Iglesia de San Pedro de Verona, ubicada en la zona más al sur del pueblo.
Desde aquí, y después de aprender un poco más de arte, cogimos de nuevo el coche para seguir con la ruta.
Gaucín y su Castillo del Águila
Cuando llegamos a Gaucín era la hora de comer, así que aparcamos el coche a la entrada del pueblo en la Calle Jacobo Real y nos fuimos directos a un bar que nos recomendaron. Comimos de maravilla en Bar Paco Pepe y os lo recomendamos si para la hora de comer estáis por Gaucín.
Tengo que admitir que después de comer y con el solecito tan bueno que hacía nos entró una morriña que para qué contaros… Pero no teníamos tiempo de acoplarnos, así que fuimos andando hasta la Parroquía de San Sebastían, desde donde se comienza a subir hasta la Ermita del Santo niño y el Castillo del Águila, los principales puntos de interés de Gaucín.
Para llegar hasta el castillo hay que subir una cuesta hasta llegar a una torre que hace de entrada.
Nada más entrar, el primer edificio a mano derecha es la Ermita del Santo Niño, situada en una de las torres del castillo que se usó como polvorín y cuartel. Es una ermita pequeña con una nave principal y su mayor valor es la imagen de San Juan de Dios tallada en madera policromada.

A continuación de la Ermita, están las ruinas del Castillo del Águila. El origen de este castillo es árabe y fue construido en el siglo X.
El Castillo de Gaucín fue reconstruido por última vez en 1808 y reforzado en 1842, pero hoy día solo se conserva la muralla, la torre Homenaje, los aljibes y otras pequeñas construcciones.

Aunque es verdad que la mayor parte del castillo está en ruina, personalmente tengo debilidad por conocer y visitar castillos y edificios antiguos que conservan su encanto y no hayan sufrido enormes remodelaciones. Este castillo no conserva gran parte de su estructura original, pero no ha perdido lo más importante, su esencia. Solo hay que dejar volar un poco la imaginación para verlo cómo era varios cientos de años atrás.
Se puede pasear y entrar a todas las dependencias con total libertad, incluso se puede subir a la parte más alta de la torre del homenaje, donde está la campana que antiguamente avisaba a los vecinos del pueblo.


Por otro lado, las vistas desde las ruinas del castillo del Águila son una auténtica maravilla. Hay unas vistas preciosas del pueblo de Gaucín y de la Serranía de Ronda.

El horario del Castillo del Águila es de miércoles a domingos de 10:30 a 13:30 y de 16:00 a 18:00, lunes y martes cerrado.
Sin duda, el Castillo de Gaucín fue una de las sorpresas de la ruta del día y la verdad, es que no teníamos ni idea que el pueblo tenía esas ruinas y que se pudieran visitar.
Tocaba seguir la ruta, así que bajamos hasta el coche y pusimos rumbo al ultimo destino del día.
Casares, la villa blanca andalusí
Hay un dicho muy famoso por la costa malagueña que dice “Casares, compra pan y no te pares” Y yo he venido aquí a derrumbar ese dicho. En Casares hay que pararse y disfrutar de este pequeño pueblo, y ya después, comprar pan.

Aunque Casares ya no pertenece a la Serranía de Ronda, lo incluimos en la ruta porque nos pillaba de camino a casa, y es un pueblo que merece mucho la pena visitarlo.
Casares está justo en el límite entre la provincia de Málaga y la provincia de Cádiz y eso hace que tengo lo mejor de cada provincia.
Casares, igual que todos los pueblos de la ruta es muy pequeño y el aparcamiento es su principal problema, pero siempre hay alguna solución.
La mejor solución para aparcar en Casares es el centro de Recepción de Visitantes de Casares, donde han habilitado un área de autocaravanas. Es un llano amplio y siempre hay aparcamientos. Desde el Área de autocaravanas hasta el centro del pueblo hay unos quince minutos andando. Podéis probar suerte e intentar aparcar en el pueblo, pero si veis que no hay sitio, esta puede ser la mejor opción.
CONSEJO:
Si hacéis esta ruta en autocaravana o campers, el área de autocaravanas de Casares puede ser un punto perfecto para hacer noche. Suele haber sitios libres y es gratuita.
Mi recomendación personal (igual que en todos los anteriores pueblos) es pasear por sus calles. Disfrutar de su arquitectura andalusí, de calles estrechas y fachadas blancas.
Una visita que no puede faltar en Casares es su Castillo, situado en la parte alta del pueblo. El Castillo de Casares es de la época árabe-nazarí y a partir de él, se comenzó a construir el pueblo de Casares que hoy conocemos.

Su localización, desde donde hay unas vistas inmejorables de todo el paisaje que rodea al pueblo no fue al azar. Estaba situado estratégicamente para vigilar todo lo que ocurría al rededor del pueblo y como sistema defensivo.
Actualmente solo quedan restos del castillo, pero merece mucho la pena subir para pasear entre las ruinas y quedarse de piedra con las vistas del pueblo y de toda la zona que rodea a esta pequeña villa malagueña. Incluso si hace buen día, se puede ver la costa africana.
Otro imprescindible en Casares es la Casa Natal – Museo de Blas Infante, quien nació y creció por las calles de Casares. A la entrada del pueblo en en la calle Carrera nº 51 el 5 de Julio de 1885 se encuentra la Casa Natal de Blas Infante, uno de los máximos exponentes del Andaluz.
En 1998 el Ayuntamiento de Casares compró la vivienda y hoy día alberga una exposición permanente con obras de Blas Infante, donde podemos conocer mas de cerca la vida y el pensamiento del ensayista y político casereño. Además, la casa tiene una pequeña sala dedicada a la exposición de otros artistas locales.
Aquí terminó nuestra ruta por la Serranía de Ronda, pero esta sierra malagueña guarda muchos mas secretos en forma de pueblo que os iremos descubriendo poco a poco con otras rutas, para que vosotros podáis hacer vuestras propias rutas y diseñarlas a vuestro gusto.