Perteneciente a Castilla y León, y muy cerca de la frontera con Extremadura, La Alberca está considerado uno de los pueblos más bonitos de España y eso nadie lo puede poner en duda. En este post os vamos a enseñar todo lo que ver en La Alberca y todas las razones por las que nos enamoramos de este precioso pueblo de la provincia de Salamanca.
Hay pueblos y ciudades que no necesitan tener enormes monumentos, obras arquitectónicas fuera de lo común o importantes atracciones turísticas para ser especiales. Pueblos que por si mismo llaman la atención y roban un pedacito del corazón de la gente que los visitan.

Por la magia que esconden sus calles con fachadas que bien nos recuerdan a otra época y por la tranquilidad que se puede respirar en cada rincón mientras paseas, La Alberca es uno de esos pueblos.
Esta fue nuestra la primera parada en la ruta por Castilla y León en autocaravana y puso el listón muy alto para las siguientes paradas en el camino. El comienzo no pude ser mejor, y hoy os contamos nuestra experiencia en este bonito pueblo salamantino.
Dónde aparcar en La Alberca
A pesar de ser un pueblo pequeño, La Alberca cuenta con varios parkings y no será un problema aparcar en el pueblo.
Hay dos aparcamientos de pago más cercanos al centro: La Alberca Parking y este otro parking.
Y por último, en la carretera de salida a Salamanca hay otro parking público municipal totalmente gratuito.

Si viajas en autocaravana, La Alberca tiene área de autocaravanas con servicios de llenado y vaciado de agua. Te cuento todos los detalles de viajar a La Alberca en autocaravana en este post.
Que ver en La Alberca
Paseando por sus calles nos recordaba muchísimo a los pueblos de la región de Alsacia de Francia, y es que La Alberca tiene una gran influencia de nuestro país vecino porque durante muchos años estuvo habitada por los franceses.
Entre los siglos XII y XIII se produjo la repoblación de este pueblo por decisión del rey Alfonso IX y buena parte de las personas que ayudaron a ese repoblamiento eran de origen francés a través de D. Raimundo de Borgoña, noble francés casado con doña Urraca, una de las hijas de Alfonso VI. Esto justifica la fuerte presencia de franceses en aquella época y el por qué hoy día a toda esta región se la conoce como la Sierra de Francia.

La Alberca es un pueblo muy pequeño y no os harán falta más de dos o tres horas (si os quedáis boquiabiertos con sus calles) para recorrerlo de punta a punta.
La Plaza Mayor
La Plaza Mayor es el corazón neurálgico de este pequeño pueblo. En esta plaza es donde se concentra gran parte de la vida social de sus habitantes y es una plaza imprescindible que ver en La Alberca.
Rodeado de edificios repletos de negocios, en el centro de la plaza se encuentra una fuente y un crucero del siglo XVIII, en cuyo fuste están labrados los símbolos de la Pasión o “arma Christi”.

Antes de visitar La Alberca esperábamos encontrar un pueblo “medio vacío” pero nuestra idea no se acercaba para nada a la realidad. Nos habían hablado maravillas de este pueblo pero no pensábamos que recibiera tanto turismo. Nunca pensamos que fuese a tener la vida que tenía.
Llegamos a la tarde noche al área de autocaravanas y no teníamos nada para cenar, así que fuimos a dar un paseo para buscar un sitio donde comer algo. Nuestra sorpresa fue que al llegar a la Plaza Mayor estaban todos los bares a rebosar. Y eso es una enorme alegría verlo en un pueblo tan pequeño.
Al día siguiente, cuando ya visitamos bien el pueblo y lo recorrimos de arriba a abajo, el ambiente de la plaza era el mismo. Durante el día había distintos puestos de comida típicas de la zona y un ambiente en todas sus calles y bares que llenan de vida el pueblo.

Con esto no quiero decir que el pueblo esté abarrotado y no se pueda caminar por el. Para nada. Simplemente, La Alberca tiene un ambiente fantástico y sus calles y negocios están llenos de vida.
Plaza de la Iglesia e Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Otra plaza muy importante que ver en La Alberca es la Plaza de la Iglesia, a escasos metros de la anterior.

En esta plaza llama la atención de primera mano la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que destaca sobre todo por su tamaño y su robusta torre.
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción tiene una larga historia que se remonta a los siglos XV y XVI, experimentado varias renovaciones y modificaciones a lo largo de los siglos, pero aún conserva muchos de sus elementos originales.

Personalmente, nos llamó mucho la atención que un pueblo tan pequeño tuviese una iglesia tan grande y atractiva visualmente. La mezcla de arquitectura gótica y renacentista, y el conjunto de fachadas de piedra que la rodean hacen de la Plaza y la iglesia una postal preciosa.

Estatua homenaje a el marrano de San Antón
Junto a la entrada principal de la Iglesia podemos ver la estatua que hace homenaje a el marrano de San Antón, una tradición muy celebrada en La Alberca.
Antiguamente, todos los vecinos tenían un cerdo en casa que engordaban y mataban en invierno para su propio abastecimiento. Y se piensa que es probable que se criara entre todos los habitantes y luego se entregaba a la iglesia o a los más desfavorecidos.

De aquí viene la tradición de el marrano de San Antón. Todos los 13 de junio , día de San Antonio de Padua, se bendice a un cerco y se suelta por las calles del pueblo para que se crie entre los vecinos… y los turistas. Pasados siete meses, el 17 de enero, día de San Anton, se hace una rifa en la Plaza Mayor y la recaudación se destina a una causa benéfica distinta cada año.
SABÍAS QUE…
Todo el dinero que se recauda en la rifa va destinado a una causa benéfica. Desde el pueblo animan a todo el mundo a participar y si tienes la suerte de que te toca, pero no sabes qué hacer con él, puedes cambiarlo por un lote de embutidos.
Durante todo este tiempo el cerdo es un vecino más del pueblo y mientras que para los locales es algo normal, para los visitantes es todo un atractivo. Nosotros no tuvimos la suerte de encontrarnos con él porque en la época que lo visitamos no había, pero es algo muy curioso.
Sin duda, es otro de los llamativos que ver en La Alberca y no os podéis ir del pueblo sin conocer al cerdo, o al menos, a la estatua.
Sus tres ermitas: Ermita de San Blas, la Ermita del Humilladero y la Ermita de San Antonio
Ya es algo sorprendente que un pueblo tan pequeño tenga una iglesia tan imponente como es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Pero más aún es que cuente con tres ermitas diferentes.
La primera que nos encontramos en nuestro camino al estar muy cerca del área de autocaravanas es la Ermita de San Blas, conocida antiguamente como la Ermita de Los Santos Mártires.

Hasta no hace mucho tiempo esta ermita era el cementerio del pueblo, pero ya hoy en día no se celebran cultos.
Para los locales, la Ermita de San Blas es muy importante, ya que en ella se celebra El Día del Pendón. Durante las fiestas se ata en su espadaña El Pedón que las albercanas arrebataron a los portugueses en 1475.
SABÍAS QUE…
Durante las fiestas de El Día del Pendón se regala vino el lunes de las aguas.
Algo más abajo se encuentra la Ermita del Humilladero, mucho más pequeña y discreta.

Y por último, a la salida del pueblo dirección El Cabaco, se encuentra la Ermita de San Antonio, de tamaño similar a la anterior.
Sus calles, un imprescindible que ver en La Alberca
No habréis visitado La Alberca si no os perdéis por sus calles.
La verdadera belleza de este pueblo se esconde entre sus callejones y las fachadas de piedra con entramado de madera.

Nosotros paseamos por el pueblo la noche que llegamos y a la mañana siguiente y tanto de día como de noche el pueblo es precioso. Si teneís la oportunidad de visitarlo de día y de noche os lo aconsejamos porque el pueblo es precioso tanto a la luz del día como alumbrado por las farolas en la noche.
Mi consejo es que mientras paseáis por las calles de La Alberca no guardéis muy lejos la cámara o el móvil porque vais a estar haciendo fotos cada dos o tres pasos.

Sin duda, es uno de ls pueblos más bonitos que hemos visitado desde que comenzamos a viajar, tanto dentro de España como en el extranjero.

Dónde comer en La Alberca
Como os he dicho durante el post, la Plaza Mayor está repleta de vida y según las opiniones en Google, cualquiera de sus bares es una buena opción para comer.
Nosotros cenamos en La alberca la noche que llegamos y elegimos el restaurante El Soportal, en la Plaza Mayor. Tanto el trato como la comida estuvo genial, pero no os podemos enseñar ninguna foto de la comida porque teníamos tanta hambre que se nos olvidó por completo.