¿Sois de los que disfrutáis como niños recorriendo un castillo? El castillo de Edimburgo es uno de los más bonitos que hemos visitado hasta ahora, junto al de Neuschwastein de Alemania.
Siempre nos gusta conocer los castillos de las ciudades que visitamos y mientras caminamos por sus interiores nos imaginamos miles de historias, aventuras y hechos que se han vivido en el pasado.
Visitar el castillo de Edimburgo tiene que ser una visita obligada. En este post os contaremos qué ver en el castillo de Edimburgo, así como los precios y horarios de las entradas del castillo.
Castillo de Edimburgo
En lo alto de una colina, se sitúa el Castillo de Edimburgo, actuando de protector de la ciudad; la observa, la cuida, la protege y la quiere.
Aun recuerdo como si fuese ayer, cuando caminábamos rumbo al centro de Edimburgo y girando una esquina fue la primera vez que lo vi. En pleno centro de la ciudad, al comienzo de la tan famosa Royal Mille, se erige el Edinburgh Castle tras su muralla.

Entradas Castillo de Edimburgo
La entrada al Castillo de Edimburgo no es gratuita, pero desde ya os digo que merece la pena visitarlo, y si no os convencen los precios, espero que al final del post cambiéis de opinión.
Precio Castillo de Edimburgo: (actualizado marzo 2019):
- Adultos 16-59 años: £19,50 si la compras en taquilla, y online £17,50.
- Niños 5-15 años: £11,50 si la compras en taquilla, y online £10,50.
- Mayores 60 años: taquilla £16,00, y online £14,00.
En su web podréis comprar los tickets online.
VISITA GUIADA POR EL CASTILLO DE EDIMBURGO: compra tus entradas aquí
Tenéis también la opción de contratar un tour en español para visitar el castillo de Edimburgo. El tour incluye la entrada al castillo y un guía en español.
El horario de visita, está dividido en dos temporadas. Del 1 de abril al 30 de septiembre de 9:30 a 18:00 y del 1 de octubre al 31 de marzo de 9:30 a 17:00, siendo el último pase una hora antes del cierre.
Lo ideal y lo que yo os aconsejo, es que vayáis a primera hora ya que la visita al castillo dura en torno a las dos horas y a las 13:00 se produce el famoso One o’clock gun del que hablaremos más tarde, y que no te puedes perder.

Castillo de Edimburgo por dentro
Una vez comprada la entrada, puedes optar por visitarlo por libre e ir un poco a vuestro aire, o bien contratar una audioguía. El precio de estas audioguías es de £3,50 para los adultos, £1,50 niños y £2,50 mayores de 60 años. Los audios disponibles son español, inglés, francés, italiano, japonés, ruso y mandarín.
En nuestro caso elegimos hacerlo por libre (aunque si compramos una pequeña guía en español, donde explican cada aposento del castillo) y no compramos las audioguías, ya que no teníamos información del castillo y pensábamos que había menos cosas para ver en su interior. Luego nos arrepentimos de no haberlas comprado, ya que nos habríamos enterado mejor de su historia.
A continuación vamos a hacer un pequeño repaso por todas las estancias del castillo que se pueden visitar y descubriremos los secretos que se esconden tras sus murallas ¿nos acompañas?
Museo Nacional de la Guerra
Este edificio, construido en principio como almacén para guardar armas y munición durante la guerra, se convirtió más tarde en un hospital militar.
Desde el 1933 y hasta hoy, alberga un museo en memoria de aquellos que perdieron la vida durante la I Guerra Mundial. En este pequeño museo podemos conocer todo tipo de curiosidades sobre los soldados y las enfermeras durante la guerra.

Entre otras cosas se muestran ropas, armas, armaduras, instrumentos médicos, y todo tipo de cosas de la época, que para los amantes de la historia no pasaran desapercibidos, y que sin movernos del sitio, nos harán retroceder hasta el siglo XVII. También muestra miniaturas de los barcos utilizados durante la guerra, pinturas y una biblioteca de investigación.

Dentro del propio museo, hay una sección dedicada a la labor de la mujer durante la Segunda Guerra Mundial, en el que se puede conocer la importante función de las mujeres durante las guerras, no solo de la Segunda, aunque esté enfocado a esta guerra en concreto, sino todo lo que hacen en un segundo plano y que ayudan a que dentro del tremendo caos de una guerra, haya un poco de cordura y paz.

Prisiones de guerra
¿Eres amante de la historia? ¿Te has imaginado alguna vez cómo eran las prisiones donde encerraban a los soldados de los bandos enemigos? Si estas dos preguntas te han producido una leve sonrisa, este es tu lugar.
Dentro del Castillo de Edimburgo hay una recreación de las antiguas prisiones durante la guerra en la que podemos imaginarnos, al más mínimo detalle, como “vivían” (o mejor dicho, malvivían) los prisioneros de guerra que eran capturados.
Durante el recorrido de la prisión pudimos visitar distintos aposentos de la prisión como celdas individuales, los barracones con las camas de los presos, las duchas, la cocina, etc.

A esta prisión en concreto llegaron prisioneros de buena parte de Europa como por ejemplo Francia, España, Holanda, Italia, Irlanda, Dinamarca y Polonia e incluso de América. Los primeros prisioneros llegaron en 1758, del bando de los corsarios franceses en la Guerra de los Siete Años, a partir de ahí fueron muchos los que vieron pasar sus vidas encerrados en esas paredes.


Visitas como estas, tan llevadas a la realidad, pueden ser buenos alicientes para que recapacitemos y veamos que las Guerras nunca han llegado, ni llegarán a nada que no sea miseria y pobreza. Es bueno poder ponerse en la piel de los demás, para hacer todo lo posible.
Museo regimentales
Un pequeño museo en memoria a los The Royal Scots Dragons Guards que lucharon para el Rey Charles II. La primera batalla de este ejercito fue en Rullion Green en el Pentland Hills cerca de Edimburgo.
Monumento nacional de la Guerra de Escocia
A simple vista parece una iglesia, pero este edificio fue levantado en memoria a los que dejaron sus vidas durante las guerras mundiales.
Justo donde hoy se levanta esta gran obra arquitectónica, anteriormente se encontraba la Iglesia de Santa María, convertida en un almacén de municiones en 1530 y posteriormente destruida en 1755.
El Palacio Real
Si hay un lugar entrañable dentro de un castillo ese es el Palacio Real o los aposento de los reyes. Este es el lugar donde los reyes y reinas que han vivido en esos castillos han llevado a cabo su día a día.
La primera vez que entré a unos aposentos reales fue en la Alhambra de Granada, y desde entonces siempre que entro en algún castillo o alguna vivienda real intento imaginarme la vida de los reyes tal y como fue. Cierro los ojos e intentó viajar cientos de años atrás para vivir con ellos, pasearme por sus pasillos, por sus aposentos, escuchar sus voces, ver sus ropajes y sentir los que les tocó vivir a ellos por haber nacido en la familia que lo habían hecho y en la época que habían nacido. Y este Palacio Real es el lugar idóneo para sentirte transportado cientos de años atrás, con sus amplios salones, sus gigantes chimeneas y su glamurosa decoración.
Fue en este Palacio Real donde nació Jacobo Vi en 1566, hijo de Mary Quenn of Scots (María reina de Escocia) y nieto de la reina María de Guisa que murió allí seis años antes de su nacimiento, en 1560. Se dice que los dolores de la reina durante el parto fueron tan elevados, que un ayudante intentó usar magia para pasarle los dolores a un criado.
Los bordados de la Reina
No todos los días se pueden apreciar las obras maestras de una reina, ¿verdad?. En la antecámara de los Royal Apartments, se muestran los conjuntos bordados por Mary Quenn of Scots.
Estas obras fueron bordadas durante su arresto domiciliario junto a la esposa del carcelero de la reina, Bess de Hardwick.
Sala de la Corona
No te puedes ir del Castillo de Edimburgo sin ver una de las reliquias de la corona escocesa y que se guardan con un gran nivel de seguridad, las joyas de la corona.
En la Sala de la Corona, se encuentran bien protegidos por una cristalera los llamados, Los Honores de Escocia. El cetro fue entregado a Jacobo IV en 1494 por el papa Alejandro VI, mientras que la corona se usó por primera vez en la coronación de María de Guisa, esposa de Santiago V, en 1540.
Estas dos joyas ocupan el centro de la sala y a su alrededor se muestra una pequeña exposición de la corona.
El gran salón
Este enorme salón fue terminado en 1511 para James IV, aunque no pudo disfrutarlo todo lo que le habría gustado, ya que murió durante la batalla de Flodden dos años después, en 1513, luchando contra las fuerzas de Enrique VIII de Inglaterra.
Aparte de la majestuosa obra de madera que forma el edificio, en él se exponen armaduras y armas de los soldados durante las guerras.
Capilla de San Margarita
Esta pequeña capilla fue mandada a construir por David I en 1130, dedicada a su madre la reina Margaret.
Hoy en día esta capilla sigue utilizándose para celebrar bautizos y bodas.
One O’clock
Como dije al comienzo de este post, lo mejor es visitar el castillo a primera hora sin prisas, para poder disfrutar de todos sus rincones y esperar a las 13:00 para ver en directo el disparo, pero ¿qué es el One o’clock y a qué se debe?
Pues bien, este disparo que se realiza todos los días del año a las una del mediodía, excepto los domingos, el día de Navidad y el Viernes Santo, se remonta a 1861 cuando se avisaba a los barcos de la hora.
Es un espectáculo muy bonito, ya que recrean un pequeño teatro de cómo se hacía originalmente y llama mucho la atención el disparo del cañón, que no es algo que se vea todos los días.
Si terminas la visita del castillo antes del One o’clok, podéis hacer tiempo mientras en una cafetería que hay justo alado del cañón y coger fuerzas para seguir visitando la ciudad con nuestra guía para visitar Edimburgo en dos días.